«Un elefante se balanceaba
sobre la tela de una araña
como veía que no se caía
fue a llamar a otro elefante...»
Hace unos días una amiga
me regaló un elefante. Sí, así, como suena. Un elefante muy mono, pequeñito, y
por supuesto, con la trompa alzada.
Lo de la trompa es condición imprescindible, claro. ¿Para qué? pues para que el elefantito traiga buena suerte.
Lo de la trompa es condición imprescindible, claro. ¿Para qué? pues para que el elefantito traiga buena suerte.
Según la tradición (o la
superstición), los elefantes son amuletos de buena suerte, fertilidad, trabajo
en equipo, poder para vencer los obstáculos y dificultades, resistencia,
longevidad, sabiduría y paciencia. Siempre y cuando tengan la trompa alzada,
insisto. Y bien es verdad que necesito de todo eso... sobre todo, paciencia,
virtud que brilla por su ausencia en mi por lo demás amplia panoplia de
cualidades. Vale, la modestia tampoco es que me sobre...
Volviendo al tema, me hizo
gracia el regalo, primero porque me encanta que me regalen cosas, además un
regalo siempre implica interés y aprecio por parte de la otra persona, y eso es
algo que yo valoro mucho; en segundo lugar, porque en mi vida los elefantitos
llevan mucho tiempo... años llevo dibujando elefantes a diestro y siniestro en
cualquier trozo de papel, cuando estoy distraída, o hablando por teléfono, ¿qué
sueles dibujar tú en esos casos?
En Wikipedia encontraremos
mucha información sobre el elefante como amuleto y símbolo, sus orígenes y
demás. Básicamente, la tradición parece proceder de un dios hindú con cabeza de
elefante, hijo de Shiva y Párvati; recibe los nombres de Ganesha, Vinayaka,
Ganapati, y unos cuantos cientos más. Como no es cosa de repetirse, si quieres
ampliar datos puedes echar un vistazo a esta página.
El elefante como símbolo
perdura y nos rodea, aunque nos parezca que no. Es evidente que sigue teniendo
fans, y para muestra, unos ejemplos. Para empezar, tenemos hasta una
administración de lotería, EL ELEFANTE DE LA SUERTE, en Gavá (Barcelona).
Si miramos alrededor,
encontraremos figuritas variadas, en cerámica, cristal, metal... como éstas de Lladró, Abali Decoración,
y Swarovski:
Para llevárnoslos puestos,
la colección Ganesh de Tous:
Y hasta en fieltro,
diseños de Nina y
Fantasías
de fieltro. Echa un vistazo a sus blogs, encontrarás muchas cosas
interesantes, además de estos elefantes. ¿No son monísimos?
Y el elefante se
actualiza... lo encontramos en vinilos decorativos, para la pared que más nos
guste, en la web de Proyecto
Vinilo, en zapatillas infantiles, de Kiabi y hasta en unas simpáticas memorias
flash de colorines, de X-treme
Geek.
¿Y tú? ¿Ya tienes tu
elefante?
Nota legal: las imágenes
proceden de las páginas web que en cada caso se indican, y que suponemos
propietarias de las mismas. Entendiendo que las correspondientes a páginas de
venta no objetan a su uso con mención de origen y más publicidad para la empresa,
se ha solicitado y obtenido permiso para su publicación en este post únicamente
de los blogs Fantasías
de Fieltro y Nina.
La fotografía que se indica procedente de Wikipedia,
fue tomada por Benjamín Preciado, Centro de Estudios de Asia y África de El
Colegio de México, y está permitida su reproducción, según se indica en dicha
página. Las fotografías sin indicación de procedencia, es decir, las del
elefantito negro y rojo, y el dibujo en papel cuadriculado, son mías de yo, y
por supuesto, me autorizo a mí misma y a Cluberas
para publicarlas; para todos los demás, todos los derechos están reservados, y
quien quiera algo que levante la mano y todo eso...
Se cuenta en la mitología Hindú que una noche en que el dios Shiva regreso a su alcoba, encontró a alguien durmiendo con su esposa Parvati. Enojado le cortó la cabeza sin saber que se trataba de su propio hijo Ganesh. Al darse cuenta de su error y para congraciarse con su mujer salió y le cortó la cabeza al primer animal que encontró, un elefante y se la puso a Ganesh. Desde entonces Ganesh vivió feliz y así se le representa en esa religión, donde es considerado como “el que abre los caminos” y “el destructor de obstáculos”.
ResponderEliminarme ha encantado la publicación... gracias a todo esto conozco el blog, si me lo permites voy a hacerme seguidora y me quedo ya para siempre.
ResponderEliminarMuchos besitos y muchisimas gracias preciosas
♥♥♥
Muy bonito, mi suegra es coleccionista de elefantes, donde va compra uno eso si imprescindible que tenga la tropinta hacia arriba ajajajaja.
ResponderEliminartrompita, se me han escapado los dedos,que mas que dedos hoy parecen pegollos ajajajajaajaj
ResponderEliminarSusi, gracias, es una historia muy interesante.
ResponderEliminarEva, bienvenida, estás en tu casa, y muchísimas gracias a ti.
ResponderEliminarAmenofis, si te oye tu suegra diciendo que colecciona tropintas no sé yo como acabará la cosa, ¿eh?
ResponderEliminarAJAJAJAJAJAJAJAJAJ
ResponderEliminarTengo una colección de 200 elefantes y me la quiero vender. Alguien interesado?
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